· Si el cuerpo es nuestra herramienta de aprendizaje, el dibujo es su extensión.

· Si el cuerpo es nuestra nave, el dibujo es su órbita.

· Si el cuerpo respira, el dibujo es su pulso.

 

El cuerpo que dibuja es un proyecto de investigación conjunta en torno a la fenomenología del cuerpo en el acto de dibujar. Exploramos la perfomatividad del dibujo en el gesto, la percepción corporal, visual y espacial, para enfatizar y fortalecer la experiencia del cuerpo presente.

 

A lo largo de la historia el ser humano ha demostrado una necesidad innata de marcar o mapear la evidencia de su ser en relación con el mundo, de reafirmar su presencia. Dejamos marcas, trazos, sombras, caminos, rastros, líneas; dibujando en y sobre el mundo material. Dibujar es una manera de registrar nuestra presencia, un medio para comprender, mapear y descifrar nuestro entorno.

 

El dibujo performativo implica un compromiso con la experiencia misma de dibujar, llevándonos a un espacio íntimo, relacional y colaborativo, de constante aprendizaje. En la investigación observamos cómo coexisten nuestros trazos, cómo se van desvelando capas de nosotras mismas. Entramos y salimos del papel, poniendo énfasis en la mano y el cuerpo como mediadores/traductores de nuestra subjetividad y nuestra relación con el mundo.

 

El devenir y la deriva van dibujando al ‘cuerpo presente’, remarcando la individualidad y características de cada cuerpo. Entonces el dibujo se convierte en una herramienta para encarnar la presencia del cuerpo. Los dibujos se convierten en mapas de ritmos, resonancias, y estados del cuerpo; una intersección entre un adentro (mental, emocional, afectivo) y un afuera, que van construyendo nuestro territorio. Dicho esto, El cuerpo que dibuja es el pulso de este encuentro entre un adentro y un afuera, entre lo individual y colectivo a través del dibujo.

 

“Dibujar es ser humano”

Emma Dexter

 

“A medida que tomamos consciencia de nuestra percepción,

somos capaces de transformar nuestra realidad”

Olafur Eliasson